sábado, 1 de octubre de 2011

Plan b: DUBLINIA.

¿Qué hay de comer?
Este sábado estaba prevista una salida al Phoenix Park donde montaríamos en bici, pero como el tiempo no nos acompañó (que raro), tuvimos que hacer el plan B: "Dublinia".

Dublinia es un museo que muestra de primera mano lo que era vivir en Dublín en la época de los vikingos y en la Edad Media hasta el comienzo del siglo XVII. Es un museo muy interactivo, lleno de recursos 3-D y con muchas actividades para los visitantes. Puedes usar ropa medieval, tirar huevos podridos y verduras (en realidad, pelotas de plástico blando) a un delincuente encerrado y probar suerte en los divertidos juegos de la feria.   

Ahora les dejo con el relato de Elena Vicente, quién nos cuenta cómo vivió este día.

English Version:
Qué bien nos sienta...

Today we went to Dublinia,  a Viking's museum in Dublin. We had a lot of fun!!! The sculptures looked very real. There were also the clothes that vikings used to wear. We put them on and made pictures. We continued walking and there was a wall with a drawing of a man on it, but the man's face wasn't painted as the rest, it was an image coming out from a TV placed behind, so it looked very real! And the man explained stories about the Vikings. Then we got into a room that was a typical Viking kitchen, and there were stuffed animals, like rabbits and chickens hanging on the walls. Some of us thought they were toys but Belinda told us they were real and we started to scream! At the museum there were some rooms where we were not allowed to make pictures, and some others where we could. The rooms where it was prohibited were those where there were bones, because the flash could damage  to their conservation. After the museum we went to a huge shopping centre next to it.
It was a lovely day!

Spanish Version:
El sábado fuimos a Dublinia. Fue muy divertido porque dentro había ropa típica Vikinga y nos las probamos y nos hicimos fotos. También habían unas esculturas humanas que parecían muy reales.  Seguimos caminando y nos encontramos con la figura de un hombre pintada en la pared. Su cara en lugar de ser pintada era real y hacia muchos gestos mientras contaba historias.
Luego entramos en una habitación que parecía una cocina o donde ellos se reunían. Esa fue la parte que menos me gustó ya que habían animales disecados  que colgaban de la pared. Algunas de nosotras los tocamos y cuando nos enteramos de que eran de verdad empezamos a gritar. En el museo habían algunas salas donde se podía hacer fotos y otras donde no. Donde no se podía era porque habían huesos y el flash podría dañar su conservación. Cuando salimos del museo fuimos a un enorme centro comercial que estaba  al lado.  ¡Fue un día genial!